Por Berenice Benites

¿Y si la historia que siempre te contaron sobre Aquiles… no fuera toda la verdad? 🤔
Si alguna vez pensaste que la historia de Aquiles y la guerra de Troya estaba ya completamente contada, La canción de Aquiles viene a demostrarte lo contrario. Esta novela no solo ofrece una reinterpretación de los mitos griegos, sino que se atreve a contarlos desde una mirada íntima, humana y profundamente emotiva. Lo que Madeline Miller logra aquí no es simplemente una reescritura moderna de “La Ilíada”, sino un redescubrimiento de sus personajes, una relectura que ilumina los espacios que los textos clásicos dejaron en penumbra.
La historia no gira tanto en torno al conflicto que ha sido contado una y mil veces, sino en torno a algo mucho más esencial: la relación entre Aquiles y Patroclo. Esta elección de enfoque cambia todo. Nos sitúa desde el inicio dentro de una historia de amor, de crecimiento, de destino y de pérdida, narrada siempre a través de los ojos de Patroclo. Gracias a esta perspectiva, el relato se convierte en una experiencia íntima que nos permite explorar la complejidad emocional de unos personajes que, hasta ahora, conocíamos más como símbolos que como personas.
Uno de los mayores logros de la novela es precisamente ese: transformar a los héroes en seres humanos. Aquiles, tantas veces representado como el guerrero invencible, el semidiós arrogante, aquí se nos muestra también como un joven lleno de dudas, emociones y deseos. Patroclo, por su parte, se convierte en el corazón emocional de la obra. A través de su voz conocemos a un Aquiles más vulnerable, más real, pero también más contradictorio.
Este es un libro que brilla no por reinterpretar hechos, sino por cómo los cuenta. Miller toma la mitología griega, tantas veces enseñada como algo frío, académico y distante, y la convierte en una narración vibrante, cargada de lirismo, sensibilidad y modernidad. Es como si la autora nos dijera, entre líneas, que no existe una única versión de la historia, sino muchas: “la tuya, la mía y la nuestra”. Y en esta “nuestra”, lo importante no es la gloria, sino el vínculo entre dos almas que se encuentran en medio de un mundo de destino y guerra.
Hay decisiones narrativas que, por supuesto, pueden generar debate. Al tratarse de una historia contada únicamente desde el punto de vista de Patroclo, el proceso interno de enamoramiento de Aquiles queda más velado. También hay personajes secundarios como Tetis, cuya actitud hacia Patroclo puede resultar ambigua, desconcertante o incluso chocante si se la compara con las fuentes clásicas. Pero precisamente ahí está la fortaleza de Miller: se arriesga, reinterpreta, humaniza, incluso a los dioses.
La escritura es otro de los grandes pilares de esta obra. Delicada pero firme, como si cada palabra hubiese sido elegida con un profundo respeto por la historia y sus protagonistas. Por momentos parece un poema doloroso y a la vez tierno, que acaricia al lector y lo sumerge en un mundo que, aunque antiguo, se siente increíblemente actual.
Y sí, quizás quienes estén muy familiarizados con la mitología clásica no encuentren aquí una sorpresa argumental. Pero lo que ofrece “La canción de Aquiles” no es una novedad de hechos, sino una novedad de emociones. El enfoque humano, el ritmo pausado que va construyendo la conexión entre Aquiles y Patroclo, y la forma en que la tragedia se entreteje con la belleza, convierten esta novela en una experiencia emocional poderosa, difícil de olvidar.
Es un libro que no solo acerca los clásicos a los jóvenes, sino que los devuelve a todos los lectores, incluso a los más exigentes, con una voz nueva, accesible y vibrante. Leerlo es volver a amar los mitos, redescubrir la literatura antigua bajo una luz nueva, cálida, profundamente humana.
Porque a veces, lo que creíamos saber de memoria, necesita otra voz para llegar realmente al corazón. ♥️ ¡Ojalá lo disfruten tanto como yo!
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Sobre el autor

Berenice Benites
Abogada. Todo se trata de equilibrio. Mi error? Ser mano derecha enamorada del guante izquierdo. Mi lema? Que todo fluya, que nada influya.
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